viernes, 4 de marzo de 2011

Muerte y Duelo

 
 Muerte y Duelo






Cambios físicos y cognoscitivos que preceden a la muerte

Incluso sin padecer una enfermedad identificable, alrededor de los 100 años las personas tienen experimentar deterioros funcionales, pierden el interés en comer y beber y fallecen de manera natural.

El descenso terminal se refiere específicamente a la decadencia general que se observa en las capacidades cognoscitivas poco antes de la muerte. Este efecto ha sido revelado por estudios longitudinales que se realizaron en diversos países y no solo en las personas muy ancianas sino también en adultos de un rango amplio de edades sin síntomas de demencia.


Cuando se priva de oxigeno al cerebro, como sucede en nueve de cada diez personas moribundas la conciencia se debilita de manera paulatina y surgen ciertas imágenes debido a las alteraciones en la corteza visual. Se ha demostrado que ocurre un efecto similar provocado por la privación de oxigeno cuando se consume LSD lo cual puede tener como resultado la percepción de un túnel similar a los reportados en las experiencias cercanas a la muerte.

De cara a la propia muerte 

La psiquiatra Elisabeth Kubler en su trabajo pionero con personas moribundas, encontró que la mayoría de ellas agradecían la oportunidad de hablar abiertamente acerca de su condición y estaba consciente de la cercanía de la muerte, incluso si no se les había comunicado formalmente su estado.

Bosquejo cinco etapas en el proceso de aceptación de la muerte:

1)                         Negación (¡¡esto no me puede estar pasando a mí!!)

   Ira (¿Por qué a mí?
   Negociar por tiempo extra (¨Si solo pudiera vivir para ver a mi hija casada, no pediría nada mas¨)

   Depresión

   Aceptación




Patrones de aflicción:

Duelo: la perdida de alguien a quien la persona se siente cercana y el proceso de ajustarse a ella pueden afectar casi todos los aspectos de la vida de un superviviente. Con frecuencia, el duelo genera un cambio de estatus y rol. Puede tener consecuencias sociales y económicas, como la perdida de amigos y en ocasiones de ingresos.

Aflicción: respuesta emocional que se experimenta en las primeras fases del duelo. Como la agonía es una experiencia sumamente personal. En la actitud, la investigación ha cuestionado las viejas ideas de un único patrón de aflicción ¨normal¨ de recuperación

Modelo clásico del trabajo de aflicción:  El patrón clásico de aflicción incluye tres etapas en que la persona doliente acepta la dolorosa  realidad de la pérdida, de manera gradual rompe el vínculo con la persona muerta y se readapta a la vida desarrollando nuevos intereses y relaciones.

Trabajo de aflicción la solución de los problemas psicológicos relacionados con la pena a menudo adopta la siguiente trayectoria aunque al igual que las etapas de Kubler puede variar:

1)   Choque e incredulidad: inmediatamente después de la muerte los sobrevivientes suelen sentirse perdidos y confundidos. A medida que toman conciencia de la perdida el aturdimiento inicial cede el paso a sentimientos abrumadores de tristeza y llanto frecuente.

2)   Preocupación por la memoria de la persona muerta: en la segunda etapa que puede durar de seis meses a dos años o algo así, el sobreviviente  trata de aceptar la muerte, pero no puede hacerlo todavía. Una viuda quizá reviva la muerte de su marido y toda su relación

3)   Resolución: la última etapa habrá llegado cuando la persona doliente renueva el interés en las actividades cotidianas. Los recuerdos de la persona que falleció traen consigo sentimientos de cariño mezclados con tristeza en lugar del dolor agudo y la añoranza

Los dolientes resilientes expresaban la aceptación de la muerte como un proceso natural. Después de su pérdida dedicaban relativamente poco tiempo a pensar y hablar de ello o a buscar el significado de la muerte, aunque la mayoría reporto añoranza y punzadas emocionales durante los primeros seis meses

Demuestran que ¨estar bien¨ después de una perdida no es necesariamente una causa de preocupación sino una respuesta normal de muchos adultos mayores. El conocimiento de la aflicción asume diversas formas y patrones tiene implicaciones importantes en la ayuda que se puede brindar a la gente para lidiar con la pérdida.

Actitudes hacia la muerte

Niñez y adolescencia: en algún momento  entre los cinco y siete años, la mayoría de los niños llega a entender que la muerte es irreversible que una persona animal o flor muerta no pueden regresar a la vida, es universal y por ende inevitable

Los niños pueden entender  mejor la muerte si se les presenta el concepto a una edad temprana y se les alienta a hablar al respecto. La muerte de una mascota puede proporcionar una oportunidad natural. Si otro niño muere es necesario que los maestros y padres intenten disipar la ansiedad de los niños.

Los adolescentes hacen autostop, manejan con imprudencia o experimentan con drogas y sexo, a menudo con resultados trágicos. En su urgencia por descubrir y expresar su identidad tienden a concentrarse más en el cómo viven que en cuanto tiempo es probable que vivan.
 
Pérdidas significativas: La mayoría de estas pérdidas ocurren durante la adultez, se enfrente la pérdida del hijo, pareja, padre y/o amigos.

Sobrevivir al conyugue

En estos casos lo más probable es que la mujer sea la enviude, al poder lograr vivir mas años que el hombre, el estrés por la viudez tiene consecuencias tanto emocionales como físicas a menudo se presentan dolores de cabeza y pecho, riesgos altos a enfermedades, discapacidades, hospitalización hasta la muerte. Anexo a esto puede traer problemas de memoria, poco apetito, ansiedades máximas, depresión, difusión social.
Es muy probable que las si su cónyuge fallece sea él o ella  próximo en seguirle a la tumba.
Las personas con mas dependencia o muy cercanas experimentaran mas ansiedad y añorar mas a sus parejas los siguientes 6  meses de su muerte. En el caso de la viudez femenina la peor consecuencia sería la presión economía por el contrario en los hombres se da el aislamiento social y la apatía.

 Pérdida de un padre en la adultez

Sin lugar a duda la pérdida de un padre o una madre uno de los peores momentos que puede pasar una persona sin importar la etapa y edad que tenga.
Las manifestaciones más comunes son:
a) Llanto
b) Depresión
c) Suicidio

Perdida de un hijo

Gracias a la ciencia la mortalidad infantil ha disminuido pero cada día más jóvenes y adultos mueren en asaltos, secuestros, accidentes automovilísticos lo que hace más probable la muerte de hijos antes de sus padres. Un padre no está preparado para la muerte de un hijo porque reprenda un golpe duro, antinatural, prematuro e inusual. 
Una ventaja con la que cuenta la pareja de padres es el apoyo mutuo y la unión, mientras en otros casos debilita al núcleo familiar. El efecto de duelo en los padres puede variar dependiendo de factores como la edad del hijo, cantidad de hijos, causa y responsabilidades que deja al morir.



Duelo por aborto espontáneo

Esta pérdida es una de las más fuerte, pero también las menos reconocidas y comentadas. Esta pena con apoyo social podría menos desgarradora.


Búsqueda del significado y propósito de la vida y la muerte

Se dice que una vida con propósito disminuye el riesgo y miedo a morir.

Revisión de vida

Recapitulación de vida: Este hecho puede ocurrir en la vejez más comúnmente, según Erickson es la última tarea de integridad del yo, a medida que se realiza se ve como en retrospectiva los logros y fracasos.
Algunas personas encuentran tareas inconclusas o reconciliaciones.

Terapia de recapitulación de vida: 

Fin: Enfocarse en el proceso de revisión de la vida
Métodos:  Grabación de autobiografía
                  Elaboración de árboles familiares
                  Revisar fotos, cartas
                  Viajes retrospectivo
                  Resumir vida laboral

La vida humana  tiene un tiempo finito para crecer, las posibilidades y sueños de deben seguir incluso hasta el final, cada persona contribuye a la historia inacabada del desarrollo humano. 

     
Bibliografía
Papalia, Diane, Wendkos, Sally, Duskin Ruth, 2009, pp.616-642

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